Dice Zigmund Bauman que vivimos en una época en la que los viejos
paradigmas han dejado de funcionar antes de que estuviese listo el nuevo mundo.
La situación de España no nos puede dejar indiferentes, la forma en que se
resuelva la crisis actual va a afectar a todos, todos somos parte de la
solución y del problema.
Somos parte, pero solo una insignificante parte, quizás lo mismo que lo
son nuestros políticos. Los estados nación europeos surgidos en los siglos XVIII
y XIX se han quedado obsoletos, incapaces de hacer frente a los problemas que
la actual crisis conlleva y las organizaciones supranacionales, lastradas
todavía por los viejos sentimientos nacionales, no consiguen aunar esfuerzos
para plantar cara a los verdaderos poderes, que como dueños del mundo manejan
los entresijos financieros, calificando a los países de buenos o malos para
especular con la descomunal deuda acumulada en años de euforia y fácil crédito.
Considera Bauman que el problema del mundo contemporáneo, que impide el
poder aplicar políticas efectivas, es el divorcio entre el poder y la política.
Antes el poder y la política residían en el estado nación, podía haber
contradicciones debates y posiciones contrapuestas sobre un tema, pero una vez
se había decidido qué era lo que se iba a hacer, ya no había ninguna duda el
estado lo hacia. Ahora cualquier político incluso los mandatarios de países considerados
poderosos como Alemania o Francia, toman una decisión el sábado, y se pasan el
fin de semana temblando hasta ver como responderán los mercados el lunes.
Debemos exigir a los políticos que recuperen el poder, y tenemos que
ser concientes de que esto no lo puede hacer ningún país europeo solo, los
movimientos de protesta que no tengan una visión global del problema, que sus
reclamaciones se centren en culpar al gobierno nacional de turno de los
problemas inmediatos de los ciudadanos, centrando sus objetivos en derivar al
mismo, no nos pueden llevar a ninguna solución.
Hay que estar indignados por lo que nos esta pasando, y ser
intransigentes con la corrupción que estos años de permisividad a propiciado, esta
indignación tenemos que expresarla en todos los foros que haga falta, pero siendo
concientes de que los movimientos asamblearios siempre han terminado siendo manipulados
por los artífices de las mas terribles dictaduras. Debemos exigir que los
políticos europeos sean generosos para transmitir a sus electores de que fuera
de la Unión
todos estamos en la intemperie y que tengan la suficiente valentía para
recuperar el poder y gobernar, si no lo hacen, el dolor y la desesperación de
mucha gente nos puede llevar a la irracionalidad, de la que tanto sabemos los
europeos.
Decía Ortega que Patria no es el pasado y el presente, no es nada que
una mano providencial nos alargue para que gocemos de ello, es, por el
contrario, algo que todavía no existe, más aún, que no podrá existir como no
pugnemos enérgicamente para realizarlo nosotros mismos. Tal como dice Bauman el
nuevo mundo que sustituirá al actual no esta todavía listo, ese nuevo mundos
será la futura Patria, hagamos todo lo que este de nuestras manos, por poco que
sea, para que su advenimiento no sea traumático.
L’Alcora, 2 de Octubre 2.012
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